CAPITULO VIII
LOS
GUAYACUNDOS.
01.- Los
guayacundos de Ayabaca.
02.- El poblamiento
de la sierra piurana.
Los petroglifos de Samanga.
03.-
Ubicación geográfica de los guayacundos.
Su origen.
04.- El
desenvolvimiento cultural de los guayacundos.
05.- La
confederación de los guayacundos.
06.-
Origen de la voz guayacundo.
Estudios.
07.- Las
ruinas de Aypate.
Su ubicación.
Su descubrimiento.
Cinco
expediciones.
Camino de acceso.
La plaza central.
El complejo A
El complejo B.
La pirámide.
El cerro Granadillo.
Importancia de las ruinas.
08.- El señor de Olleros
05.- La
confederación de los guayacundos.
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Ubicación de
los Guayacundos |
Podemos llamar
guayacundos a los antiguos habitantes de Ayabaca, recién a partir
de 1400 DC. En cuanto a su organización política y a los primeros
pasos para constituirse en un verdadero estado, los guayacundos
habían avanzado más que los tallanes
Tenían una
confederación bien estructurada que funcionaba tanto en tiempos de
paz como de guerra.
Periódicamente
los curacas se reunían en una gran asamblea a manera de consejo de
estado o de parlamento, para discutir los asuntos de interés general
y adoptar acuerdos, de cumplimiento obligatorio para todos, porque
iba a ser en provecho de todos.
Para vigilar el
cumplimiento de esos acuerdos, elegían un gobernador que al parecer
lo renovaban periódicamente, en forma tal que evitaba que uno de
ellos tuviera la tentación de convertirse en un rey o algo parecido.
Por otra parte el tal gobernador parece que era un simple
administrador de asuntos públicos, pues el cronista es bien claro
cuando dice que los confederados no reconocían a ningún señor.
Cuando había
guerra con tribus de afuera, se juntaban las fuerzas confederadas y
de común acuerdo elegían un comando militar al cual obedecían
ciegamente.
Dice el
cronista que tenían sus pueblos y fortalezas.
En efecto, no
sólo había una gran cantidad de poblaciones pequeñas, sino algunas
más evolucionadas que podríamos llamar ciudades, como Caxas, Ayabaca
la Vieja y Callúa. Sobre esta última no se han descubierto las
ruinas, pero Cieza de León dice que en Callua habían buenos
edificios, pero no mejores que los que los Incas construyeron en
Huancabamba.
El cronista
Diego Trujillo se refiere a Caxas como un pueblo de grandes
edificios, con tres acllahuasis en donde habían 500 enclaustradas.
El autor anónimo de la conquista dice: “Llegaron a un pueblo (los
españoles) que era grande y en unas casas muy altas hallaron mucho
maíz y calzado, otras estaban llenas de lana y más de 500 mujeres
no hacían otra cosa sino ropas y vino de maíz para la gente de
guerra, en aquellas casas había mucho de aquel vino. Este pueblo
estaba muy destruido por la guerra que les había dado Ataballpa“.
Esta Caxas era
la que habían hermoseado los incas y que Atahualpa casi había dejado
en ruinas. De todos modos, da una idea que aún antes de la conquista
incaica fue ciudad muy principal.
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Cerro Yantuma |
Otra importante
ciudad existió al norte de la provincia de Huancabamba y el sur de
Ayabaca, en el distrito de Pacaipampa y que ahora se conoce como
ruinas de Chulucanas o Chulucanitas por estar en la ex-hacienda que
tenía ese nombre. Fueron estudiadas por el sabio Alejandro Humboldt
y después, en el presente siglo, por el misionero redentorista padre
Andrés Antzberger, que hizo una descripción más detallada de las
mismas. La ciudad tenía las construcciones de piedra y distribuida
una sección en cuadrados perfectos que parecían dameros. Para
algunos historiadores esas ruinas pertenecen a la antigua ciudad de
Caxas.
La
investigadora francesa Anne Marie Hocquenghem, que ha publicado un
interesante libro titulado “Los guayacundos de Caxas y de la sierra
piurana“ hace conocer que a 3,300 m.s.n.m. y al norte de la
provincia de Huancabamba hay ruinas arqueológicas de impresionante
extensión, donde existió una ciudad construida de piedra y una
fortaleza. Los edificios -dice la investigadora francesa- tienen 100
mts. de largo por 10 mts. de ancho. Los muros de piedra semi
canteada, están asentados en hileras sobre cimientos de piedras más
pequeñas. Tales muros tienen alturas de 3 mts. Al centro hay una
gran plaza de 100 por 100 metros y el conjunto se encuentra rodeado
por un muro de defensa.
Los guayacundos
parecen haber construido varias fortalezas aprovechando los sitios
estratégicos de la sierra que tenían muchos.
Cada ciudad
importante esta defendida por una fortaleza. Todo hace suponer que
la resistencia heroica que ofrecieron a los ejércitos conquistadores
de Tupac Inca Yupanqui, no fue en Aypate, sino en otra construida en
el cerro de Yantuma a 5 Kms. de la actual ciudad de Ayabaca. La
fortaleza de Aypate sería más bien una construcción hecha por los
incas.
Los guayacundos,
por su origen jívaro, eran de espíritu guerrero, pero todo hace
suponer que no era por el lado de la costa donde existía el peligro
de ser a su vez agredidos, sino de la misma selva amazónica de donde
provenían; pues los guayacundos habían evolucionado rápidamente y se
podían presentar como presas codiciables de sus hermanos de la
selva. De allí su necesidad de construir gran número de fortalezas.
El historiador
Dr. Juan José Vega en su estudio “Los tallanes” expresa lo
siguiente: “Todo indica un origen costeño para los tallanes, pero no
faltó crónica como la de Miguel Cabello de Balboa que habló de una
remota procedencia andina. El éxodo a la costa habría sido motivado
por las guerras adversas que sostuvieron en sus asientos originales
andinos, que fueron conquistados por Estados vecinos más poderosos,
quizá Bracamoros o Huayucuntos”. Esto supone que los primeros
habitantes de Ayabaca, jíbaros o de otras etnias de la selva
amazónica que se habían asentado como grupos tribales primitivos,
tuvieron que enfrentar, nuevas oleadas de jívaros o bracamoros, más
belicosos o en mayor número, que los que expulsaron.
Pero resulta
que los tallanes difieren totalmente de los jívaros y los
guayacundos, tanto desde el punto de vista lingüística como
racial. |